El Elemental o
Espíritu de tu Casa, de tu Hogar, es una Entidad viviente, respirante, con una
conciencia y una evolución propia, controlada y afectada por las vidas que
moran dentro de su aura.
En el instante en que
una persona concibe la idea de tener, de crear un hogar, y mentaliza la idea
dándole forma en su imaginación, diseñando el proyecto, visualizándolo, por más
simple o suntuoso que sea, en ese momento, el Poder Divino que provee esa idea
asignándole todo lo que va a necesitar, le procura un Espíritu Elemental para que
se constituya en Presencia Protectora y Guardiana de esa manifestación.
Es lo que los romanos reconocían
como sus dioses Lares, a los cuales rendían culto dentro del hogar para
tenerlos contentos y que les fueran favorables. Tu casa ríe cuando tú ríes,
llora cuando tú lloras. Es feliz o triste según tus circunstancias, responde a
tu amor, a tu cuidado, a tu interés por ella; decae y se desanima cuando se le
abandona, se la descuida o se la desprecia. ¿No has notado la pesadez y la
tristeza que muestran las casas abandonadas? ¿Cómo, si no se las ocupa y se les
da calor humano, se deterioran rápidamente? ¿No has sentido la vibración de las
casas donde entras? Si no lo has notado, comienza a darte cuenta.
Aquella donde ha
ocurrido una tragedia emana un ambiente lúgubre. Allí donde hay un moribundo se
siente el vaho de la muerte. En cambio hay casas que exhalan alegría, simpatía,
de las cuales es difícil retirarse, despedirse. Con solo entrar a una casa las
personas sensibles notan si existe allí un ambiente “pesado” o “liviano”, según
lo expresa intuitivamente el lenguaje popular. Es muy conveniente que ames tu
casa.
Debes bendecirla y
halagarla enumerando sus ventajas y comodidades, y dando gracias a Dios que te
la proporciona, bien sea tuya propia o arrendada, es “tu” casa, porque eres tu
quien la está disfrutando. Una práctica aconsejable es decir a menudo:
“Bendigo todos los
granos de arena, cal y cemento, todos los átomos de madera, todos los hilos de
seda y nylon, copos de algodón y moléculas metálicas que te componen, mi casa
querida, te agradezco el techo que me protege y la comodidad que me proporcionas.
Te lleno de Luz de Amor y de Armonía: te rodeo y envuelvo con la Llama Rosa
para que todo el que se acerque a ti sienta el Amor Divino latir en su corazón
y pierda el deseo de dañar la propiedad ajena”.
Di con frecuencia:
Bendigo al Espíritu Elemental que nos acompaña en esta casa. Todo esto contribuirá
a proporcionarte un hogar bello, alegre, próspero y feliz.
En esta nueva etapa
que el mundo está viviendo es importante hacer una limpieza energética y
física.
Todo lo que no te
sirva en tu casa, lo que ya no uses o utilices véndelo o donalo. Lo primero es
hacer circular la energía. La ropa que no utilices es muy importante que la des
a gente que la necesite, aligerando la energía estancada. En las esquinas de la
casa se plasma la energía, evita guardar en ellas revistas, papeles, o libros
que no se utilizan. Limpia los armarios, las repisas, y los muebles donde
tienes guardadas las vajillas.
Después invoca a los 4
Elementos Agua (Ondinas) Fuego (Salamandras) Silfides (Aire) Gnomos (Tierra)
prende una vela, pon un vaso de agua, quema incienso y pásalo por toda la casa,
pon una ofrenda en nombre de la Madre Tierra. Tenemos que subir la energía del
planeta, empecemos por nuestra casa.
Fuente: Selecciones Metafísicas de Carola de Mayans
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