jueves, 17 de diciembre de 2015

Solsticio de invierno.


 
 

Solsticio de Invierno.

Dependiendo de la correspondencia con el calendario, el Solsticio de Invierno tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre en el hemisferio norte. Era la fecha en que las tinieblas son derrotadas por la luz, que vencía sobre ellas.

Antecedentes históricos:

La actual navidad, fue originalmente una fiesta cósmica, era un tiempo de celebración de un nuevo comienzo, la oportunidad para empezar y que todo fuera mejor.

Más tarde, cuando fue establecido el catolicismo romano por Constantino, aproximadamente en el año 325 de la era occidental actual,  las tradiciones egipcias, babilónicas y romanas fueron introducidas en el cristianismo.

El festival del solsticio de invierno celebrado entre el 21 y el 25 de Diciembre, pasó a ser la fecha oficial del nacimiento de Jesús y la antigua costumbre de entregar regalos y presentes, fue acomodada a los supuestos magos que visitaron al niño Jesús.

Según el historiador de religiones, E. Roízton Pike, “los persas y los egipcios, los fenicios y los sirios, los griegos y los romanos y otros muchos pueblos de la antigüedad, celebraban aquel día el parto de la reina de los cielos, la Madre Celestial y el nacimiento de su hijo, el Dios Solar, Dionisio o Baco, Mitra o Apolo, Zoroastro u Horus, etc., todos anteriores al Cristo cristiano, y todos ellos llamados “El Salvador”, y nacidos de una virgen entre el 20 y el 25 de diciembre; esto es: la fecha del solsticio de invierno, también llamada “La puerta de los Dioses”.

Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en los campos para ayudar al Sol, en un acto simbólico para que “no perdiera fuerzas”. En su consciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino.

En los países orientales, con ritos y creencias distintas, se celebran estas fiestas conservando en todas ellas la misma esencia: rendir un homenaje al Sol, que en ese día tiene un especial protagonismo: en el hemisferio norte es el días más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario.

La antigua Roma

En la antigua Roma en diciembre se celebraba la Saturnalia, en honor al reinado del dios Saturno sobre Roma en la Edad de Oro. En esa edad, la tierra en Roma producía abundantemente y no había guerras ni discordia.

Durante la Saturnalia se celebraban fiestas durante una semana entera, con comilonas y abundante bebida. A lo largo de esa semana se invertía el orden social: los amos servían a los esclavos, los esclavos se convertían en amos y desempeñaban altos cargos del estado.

La fiesta también era una celebración del fin de las tinieblas y el comienzo de un nuevo año. A continuación un fragmento de las palabras que la sacerdotisa pronunciaba para el rito de la Saturnalia:
 
Esta es la noche del solsticio, la noche más larga del año. Ahora las tinieblas triunfan y aun así todavía queda un poco de luz. La respiración de la naturaleza está suspendida, todo espera, todo duerme. El Rey Oscuro vive en cada pequeña luz. Nosotros esperamos al alba cuando la Gran Madre dará nuevamente a luz al Sol, con la promesa de una nueva primavera. Así es el movimiento eterno, donde el tiempo nunca se detiene, en un círculo que lo envuelve todo. Giramos la rueda para sujetar la luz. Llamamos al Sol del vientre de la noche. Así sea”

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