Cuando te tomas muy en
serio los problemas humanos, cuando empiezas a pensar en el hombre como un
problema, has dado el primer paso en dirección equivocada.
Oriente tiene una
actitud totalmente diferente:
En primer lugar, dice “ningún
problema es grave”.
En el momento en que
dices que ningún problema es grave, el problema está muerto en casi un noventa
por ciento. Cambia toda tu visión del problema.
La segunda cosa que
dice es que “el problema está ahí porque tú te has identificado con él”.
No tiene nada que ver
con el pasado, nada que ver con su historia. Estás identificado con él, eso es
lo que importa. Y esta es la clave para resolver todos los problemas.
Eres pura conciencia. Cuando se forma a tu alrededor la
nube de la ira, limítate a mirarla, y mantente alerta para no identificarte con
ella. Todo consiste en no identificarse con el problema.
En cuanto hayas aprendido esta, a no
identificarte, solucionaras todos tus problemas, porque la llave, la misma
llave, abre todas las cerraduras.
Recuerda que eres un testigo. Mantente alerta mientras
pasa la nube. Puede que esta venga del pasado, pero eso no importa. Ahora
mismo, en este momento, puedes distanciarte de ella, puedes romper el puente
ahora mismo…y solo se puede romper en el ahora.
El pasado y sus condicionamientos existen…pero solo
existen en el cuerpo o la mente; no existen en tu conciencia, porque la
conciencia no se puede condicionar. Es libre, la libertad es su cualidad más
esencial. La libertad es su naturaleza misma, no tiene barreras, no tiene límites.
Para encontrar tu centro, tienes que ser testigo, eso te
proporcionara una experiencia, la de que estás más allá de tu cuerpo, más allá
de todo condicionamiento. Y en ese momento de distanciamiento, en ese momento
de trascendencia, no existen problemas.
Si en algún momento
echas de menos el problema, puedes entrar en el cuerpo-mente y disfrutar
de él. Si no quieres tenerlo, puedes quedarte fuera. El problema seguirá ahí,
como una huella impresa en el fenómeno
cuerpo-mente, pero tú estás aparte, distanciado de él.
Cuando tengo que utilizar la memoria, la utilizo, pero Yo no soy la mente; la conciencia está presente. Yo sigo siendo el que manda y la mente sigue siendo un sirviente. Cuando se llama a la mente, ella acude; se la utiliza para lo que sirve, pero no tenemos que dejar que nos domine. Siguen existiendo problemas, pero existen solo en forma de semillas en el cuerpo y la mente. El pasado no se puede cambiar, pero ahora puedes salir de ahí. Ahora sabes que aquello era simple identificación. Ser testigo es la técnica para centrarse. No vivas desde el ego (la identificación), vive desde el Ser (el centro, la presencia).
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