Si
pones la cabeza en la boca de un león ¿te morderá?
Eso
depende de que el león sea manso o no, haya comido y no esté hambriento o sea
un león de circo entrenado para dejar que la gente haga eso.
Aunque
sea un león entrenado, estoy seguro que la persona que pone su cabeza dentro de
la boca del león tendrá un momento de temor. Esta no es una pregunta tonta,
hacemos esto todo el tiempo cuando nos involucramos con nuestros compañeros
kármicos, compartimos con ellos nuestras experiencias, nuestras lecciones y
entonces los desafiamos a que no nos coman la cabeza.
Generalmente
logramos salir con la cabeza en su sitio pero podemos sufrir otros traumas,
incluyendo el disgusto que sentimos cuando alguien repite comportamientos
pasados, aunque les demos todas las oportunidades para no hacerlo.
Pensad en cuántas formas tenemos de
demostrarles a los demás que los amamos y los valoramos y no queremos hacerles
daño y ellos responden arrancándonos la cabeza. ¿Quién está equivocado aquí,
nosotros por confiar en alguien que no es confiable, o ellos por no reconocer
nuestros esfuerzos y responder apropiadamente?
Haré
aquí un comentario que pudiese ser poco agradable – cuando no honramos la
verdad de los demás somos irrespetuosos y manipuladores, independientemente de
cuál sea esa verdad. Cuando no creemos que alguien elije ser cruel, mentiroso y
deshonesto y tratamos de cambiar su comportamiento, no estamos honrando quienes
son. Nosotros no tratamos de hacer que las personas agradables sean
desagradables, así qué ¿por qué tratamos de hacer que las personas
desagradables sean agradables? Ambas están hablando y actuando a través de
la verdad de su verdad y necesitamos respetar esa verdad.
No
estoy aceptando el comportamiento de las personas que son crueles, mentirosas
y deshonestas, solamente estoy diciendo que lidiar con ellas sabiendo de
antemano que estamos metiendo la cabeza en la boca del león conociendo que
muerde, es colocarnos en una posición de gran decepción y potencialmente de
mucho dolor. Entonces, ¿qué opciones tenemos?:
Evitar el león – no es necesario
involucrarse con personas que sabemos van a hacernos daño y a las que
probablemente no vamos a hacer cambiar;
por honorables que sean nuestras intenciones. Lo más seguro es que al
interactuar con ellas las molestemos y se cree una situación que resulte en más
dolor para nosotros. Si ya nos ha mordido una vez, es mejor evitar el
león.
Esperar a que el león nos invite a meter nuestra
cabeza en su boca – cuando tratamos de cambiar a las personas antes de que ellas
reconozcan que están considerando o tratando de cambiar, estamos siendo
irrespetuosos con ellas, independientemente de cuán nobles y meritorios sean
nuestros esfuerzos. A menos que alguien desee cambiar verdaderamente, cualquier
esfuerzo que hagamos por cambiarlos será respondido con una resistencia y
rechazo entendible. Sepamos que cuando ellos estén listos, ellos nos
encontrarán a nosotros y es entonces cuando ellos se darán cuenta de que
nosotros estamos haciendo algo que ellos también desean hacer, y que quieren aprender cómo crearlo en
su vida.
Ved en él a su parte
Divina. Aunque podamos reconocer lo Divino en todos
(y ciertamente está ahí), tenemos que conectarnos con ellos a través de cómo
ellos elijen expresar su divinidad. Por mucho que pensemos en cómo debían ser o
actuar las personas o hacer las cosas de manera diferente y por mucha energía divina
que ellas posean, es la
forma en las que ellas expresan esta energía
a través de su lado humano la que constituye el verdadero barómetro de su ser.
Cuando reconocemos que decidir si es seguro o no abordarlas y conectarnos con
ellas, mucho menos poner nuestra cabeza en su boca, estamos honrando la
humanidad de ellas y aceptando cómo ellas elijen utilizar su energía. Honramos
a los demás viéndolos como ellos elijen ser, no cómo quisiéramos que ellos
fuesen o pensar que ellos sean capaces de ser.
Nuestra tarea no es
cambiar o sanar a los demás. Nuestra tarea radica en cambiarnos a nosotros
mismos y convertirnos en una fuente de inspiración y sanación, para que los
demás puedan escoger por sí mismos.
Las personas se sentirán más inspiradas por
las fuentes de alegría, amor, abundancia y éxito que porque se les diga de qué
son capaces si se esforzaran más, o si cambiaran de alguna manera. Ninguno de
nosotros sabe cual es el Contrato de alguien con la Fuente durante su vida, así
que no podemos juzgar lo que ellos están haciendo o siendo porque aquello que
pensamos que es el comportamiento espiritual más bajo que hayamos visto puede
ser su mayor salto en entendimiento y
transformación.
Una de nuestras mayores
lecciones es el no juicio y la aceptación compasiva, lo cual requiere que
evitemos juzgar a los demás y decidir si nos conectamos con alguien basándonos
en nuestra energía, en lugar de decidir que ellos están haciendo algo malo
porque su comportamiento no cumple con nuestras expectativas de lo que pensamos
que debía ser su comportamiento.
Evitar
al león es una opción siempre y si eso no fuese posible, aseguraos antes de
poner nuestra cabeza en su boca que ese león no tiene la reputación de morder a
todo el que la introduce en sus fauces.
J.A.Marcos Fonfria
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