Los cambios ya están ocurriendo; en nuestras células, a
nivel subatómico, nuestro cuerpo está siendo profundamente afectado por las
energías que emanan de un gran conjunto de influencias cósmicas que aportan
información en forma de frecuencias codificadas de luz. Estos códigos energéticos
aparecen para elevar el nivel de conciencia, haciendo que liberemos energías
retenidas, tanto psíquicas como emocionales de nuestros códigos ADN, atrayendo
a nuestra vida temas que tienen que ser resueltos. Estos temas se manifiestan
en nuestra realidad, porque, mientras la gran transformación de la conciencia
está siendo escenificada en las líneas del tiempo, nuestro cuerpo físico se
convierte en un terreno de sanación a todos los niveles.
Cada versión de la forma humana, es un aparato único de
lectura de frecuencias. Ocupamos un cuerpo físico en la tercera dimensión, ya
eso es imprescindible para poder experimentar y explorar los matices de lo físico.
El mundo material se basa en una vibración energética específica y nuestras
percepciones sostienen el acuerdo colectivo.
Conforme vamos aprendiendo aumenta nuestra comprensión de
que somos bastante más que un cuerpo físico. La presión de la aceleración de energía
afecta a nuestra conciencia física, mental, emocional, psíquica, espiritual y
cósmica.
Entre los diversos niveles de experiencia, nuestras
emociones son las que nos hacen únicos; existe una línea directa entre
emociones, actividad cerebral y el modo en que funciona nuestro cuerpo. El
bienestar emocional indica a nuestro cerebro mediante frecuencias que debe
enviar mensajes positivos al resto del cuerpo para que emitan las combinaciones
químicas precisas para cuidar y fortalecer nuestro sistema inmunológico. Cuando
estamos emocionalmente equilibrados, nuestro vehículo físico está preparado
para interpretar las conexiones entrelazadas con otros niveles de experiencia.
La salud es, al fin y al cabo, un estado mental. La decisión
de ver nuestra vida como algo lleno de sentido y el hecho de darnos cuenta de
que todo ocurre por buenas razones, son los resultados positivos de nuestro
poder personal.
La salud es un bien, y un correcto sistema inmunológico es
la clave para una buena salud, y la clave más sencilla para un sistema
inmunológico sano es “la felicidad”.
La transformación de la conciencia humana, nos recuerda
que debemos aceptar nuestra responsabilidad personal para nuestra salud y
nuestra sanación, ya que somos nosotros y nadie más, quienes estamos a cargo de
nuestros cuerpos y nuestras vidas. Hay un dicho que afirma: “Los conflictos están
en los tejidos”. Haciendo referencia a que los problemas psicológicos no son
exclusivamente emocionales, sino que tienen una respuesta cerebral, que,
mediante el sistema nervioso comunica a cada célula y tejido del cuerpo que hay
un conflicto.
Así que, manos a la obra y a intentar disfrutar el
momento.
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