La resonancia es nuestra manera de
determinar cómo nos conectamos con la gente y con las situaciones y con qué nos
conectamos, porque ahora, más que nunca, si no hay resonancia no hay
posibilidad o potencial para la conexión.
Cuando todos estaban más o menos al
mismo nivel energético y frecuencia no pensábamos acerca de la resonancia y no
había razón realmente para hacerlo. Había personas y situaciones hacia las
cuales gravitábamos naturalmente y otras que evitábamos, cosas que nos hacían
sentir bien o mal, y que nos gustaban o disgustaban. Pero debido a que ahora
nos reconocemos a nosotros mismos como seres energéticos nuestra percepción de
frecuencias y vibraciones diferentes es mucho más fuerte.
El don de nuestra percepción energética
enriquecida es una sensibilidad incrementada con respecto a las diferencias
entre frecuencias, así como el suministro ilimitado de frecuencias entre las
cuales podemos elegir. Y este nuevo
enfoque dificulta, si no hace imposible, resonar con aquello que no se
corresponde con nuestra propia frecuencia energética. Esto desmonta todas las
conexiones al nivel de frecuencia y vibración, y es donde elegimos con quién
podemos y no podemos conectarnos, basado en
con qué resonamos.
Para algunos esto puede ser una triste
confirmación de que hemos trascendido nuestra bienaventurada ignorancia de todo
lo que tiene que ver con la 3D, cómo nos
‘sentíamos’ con respecto a alguien o a algo o
cómo actuábamos previamente basándonos en nuestros compromisos, responsabilidades
u obligaciones. Ahora se trata de resonancia y energía y cada conexión que
hacemos será en respuesta a una de estas dos preguntas:
1. ¿Resueno con esta (persona, lugar o
cosa)?
2. ¿Puede esta (persona, lugar o cosa)
estar alineada con mi energía y hay un sitio para ellos/ello dentro de mi campo
de energía o espacio energético?
Érase una vez en que sosteníamos un
espacio energético para aquellos con diferentes frecuencias energéticas,
dándoles una oportunidad de ‘alcanzarnos’ o lograr un nivel similar.
Nosotros ya no podemos hacer eso porque las diferencias energéticas son muy
grandes y la carga está sobre cada uno de nosotros individualmente con respecto
a elegir nuestra frecuencia y con qué resonamos. Aunque brindarle a alguien
el regalo de sostener su espacio energético era algo que elegíamos hacer como
parte de nuestro sendero de sanación con ellos, eso es algo que ya no
podemos hacer porque interfiere con el sendero de ellos y el nuestro también.
Ahora estamos profundamente dentro de
una transición que solo tiene movimiento hacia delante. No hay posibilidad
de regreso y no hay ‘atrás’ hacia el cual regresar. Los aspectos más densos
de los paradigmas de 3D se fueron y más de ellos se están desmoronando a cada
momento. Ellos se están reemplazando con una nueva gama de paradigmas de
frecuencias más ligeras y superiores que están disponibles para que nosotros
las investiguemos y elijamos lo que se corresponde con nuestra energía y con lo
que resonamos.
Es la razón por la cual no podemos
sostener ya más el espacio energético para los demás porque entonces ellos no
pueden elegir lo que resuena con ellos, así ellos elegirán lo que resuena con
la persona que está sosteniendo el espacio para ellos. Y eso es algo que ellos
no pueden sostener, no tiene valor o significado para ellos, y no resuena con
ellos, con su sendero de vida, energía o propósito de vida.
La resonancia es un aspecto de la
multidimensionalidad que debemos aprender a utilizar. Es parte del paradigma de
nuestra nueva tierra y es el punto desde el cual crearemos todo en nuestra vida
de ahora en adelante. Será cada vez más
difícil para nosotros ser conscientes de, elegir, y conectarnos con algo con lo
que no resonamos. Cuando utilizamos la resonancia para hacer nuestras elecciones
recordamos que todo es energético y hacer elecciones basadas en la resonancia
nos mantiene dentro del marco de nuestra intención para que todo lo que
manifestemos sea un aspecto de nuestras más poderosas y sinceras intenciones
para nosotros y para nuestra vida.
Muy bueno.
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