PROTEGETE DE LOS INSECTOS DE VERANO
En
verano abundan los insectos. Aunque a veces nos molesten,
lo cierto es que tienen un papel esencial en el ciclo de la vida sobre la
Tierra. Sin ellos, muchas plantas no llegarían siquiera a florecer. Los atraen
hacia sí para ser polinizadas. Al mismo tiempo, promueven mecanismos químicos
para ahuyentarlos cuando conviene, a través de partículas volátiles que saturan
el ambiente. Por ello pueden ser ellas las que nos ayuden a mantenerlos
alejados.
Estas
son 5 plantas aliadas contra las picaduras de insectos:
1. La
malva (Malvasylvestris) se ha empleado tradicionalmente para curar
afecciones de piel y, ante todo picaduras. Flores y hojas, con mucilagos y
taninos, son antiinflamatorias y cicatrizantes.
Cuando
conviene: para bajar la inflamación y eliminar el picor de
picaduras de todo tipo de insecto volador que se manifieste con hinchazón,
enrojecimiento, entumecimiento o cierto hormigueo.
Como
se utiliza: con la decocción (unos 50 g de planta seca por litro
de agua) se lava la zona o se empapan unas compresas y se aplican sobre la picadura
unos minutos; en cataplasmas de hojas, combinadas con linaza en polvo y
calentadas al baño de María; y el jugo de la planta fresca, vertido sobre la
picadura.
2. Helenio
Antealergico (inulahelenium) una planta robusta con grandes capítulos
florales de color amarillo, se emplean con fines medicinales el rizoma y la
raíz.
Cuando
conviene: es muy conveniente en caso de reacción alérgica por
picadura. Ayuda a eliminar urticarias y granos y a cicatrizar la herida si se
infecta. Actúa como antihistamínico natural aliviando la congestión pulmonar,
los ataques de tos, la rinitis y la conjuntivitis.
Como
se utiliza: por vía interna, la decocción (unos 25 g por litro de
agua), preferentemente combinada con plantas que mejoren el sabor, como el
hinojo; y la decocción por vía externa en compresas tibias, para aplicar sobre
el área afectada.
3. Clavo
de olor contra los mosquitos. Del clavero (Eugenia caryophyllata), un
árbol tropical originario de las Filipinas y las Molucas, se usan los capullos
florales. Son ricos en aceite esencial y contienen mucilagos y esteroles.
Cuando
conviene: su fragancia ofrece una alternativa a los repelentes
sintéticos frente a moscas, mosquitos, hormigas y pulgones. También es útil
para desinflamar y desinfectar picaduras de avispa y tábano y favorecer la
cicatrización.
Como se utiliza: se vierten unas gotas de aceite esencial sobre la ropa o, muy diluidas en aceite vegetal, sobre la piel; se aplican en masaje los clavos macerados en alcohol, o bien se empapan unas compresas con la decocción. Se usan también como difusor repelente clavados en una manzana o un corcho.
4. Llantén Menor para picaduras de avispa. (Plantago Lanceolata). Esta planta poco vistosa, que aparece en márgenes de caminos y herbazales, se considera un tesoro en los herbolarios. Se cosechan sus sumidades floridas. Es expectorante, antialérgica y cicatrizante.
Cuando
conviene: es un buen aliado para alérgicos a las picaduras de
avispa, abeja o tábano. Combate los síntomas de la reacción y restaura las
mucosas.
Cómo
se utiliza: por vía interna, la infusión, una cucharada sopera por
taza, mejor si se combina con malvavisco, helicristo y anís verde; por vía
externa, la infusión de 15 g de llantén con arcilla roja para formar una pasta
espesa y aplicar una capa de 2mm sobre la picadura; y las hojas frescas en
cataplasma.
5.
Aloe Regenerador. (Aloebarbadensis). La pulpa de aloe
contiene un líquido viscoso rico en mucilagos, de gran poder dermoprotector y
demulcente. Basta practicar una pequeña incisión en la hoja para obtenerlo.
Cuando
conviene: entre sus muchos beneficios, restaura el epitelio y
favorece su regeneración tras la picadura.
Como
se utiliza: aplicando la pulpa fresca directamente sobre el área
afectada, o bien esta en forma de gel o en extracto líquido, de venta en
herbolarios.
Donde
se esconden: Vale la pena conocer las preferencias de los insectos
para prevenir a tiempo. El mosquito abunda cerca de agua estancada. La abeja,
donde hay flores, en prados y jardines y la avispa, en espacios abiertos. La
garrapata se esconde en riberas y matorrales. Y la hormiga roja, menos
habitual, solo pica para defenderse.