LUNA EN TAURO
El signo de Tauro, perteneciente al elemento tierra es
el prototipo de la cruz fija, por eso los sentimientos espontáneos sólo son
posibles con cierta reserva. Las personas con la Luna en Tauro poseen una gran
perseverancia y resistencia y en toda relación construyen un sólido fundamento
de seguridad.
Cuando están con personas de confianza reaccionan de
forma abierta y libre, pero en un entorno extraño se comportan de forma
reservada. Con Venus como regente, la Luna Tauro tiene una fuerte aspiración
hacia la belleza, alegría de disfrutar y unión con la naturaleza, también
indica la capacidad de crear un entorno plásticamente artístico.
Las personas con la Luna en Tauro anhelan seguridad y,
se sienten más seguras cuando tienen su propio hogar, saben cuidar de sí mismas
y mantener su esfuerzo dentro de unos límites, de manera que su energía no se
agote.
Si se les quiere inducir a hacer algo con prisa o a
algún cambio rápido, pueden reaccionar de forma testaruda, ante una insistencia
responden con ira.
Cuando piensan que una relación está en peligro, se
sienten intranquilas y deprimidas, sufren de celos, se imaginan lo peor y el
miedo a perder se acrecienta. Estos sentimientos ocasionan fácilmente
comportamientos de compensación, molestias físicas e ideas paranoicas. Si
llegan al bloqueo emocional, sus sentimientos se petrifican y se
estancan mostrándolos como frustración o surgiendo de nuevo en forma
de agresión.
Para comprender mejor la naturaleza de las Lunas
Tauro, podemos observar la ley de economía que consiste en oferta y demanda.
Cuando no hay demanda, no puede amar. Raramente puede despertar demanda por sí
misma. Una Luna cardinal puede hacerlo porque tiene energía conquistadora a su
disposición.
La Luna Tauro, la mayoría de veces, es más dependiente
de que se le pida, de que sea necesitada por alguien, de lo contrario no se
suelta. Cuando no hay quien la quiera tener, quien la ame, la frustración llega
rápido, y es mucho peor cuando vive una relación desequilibrada en la que el
otro toma más energía de ella de lo que es habitual. A la larga, la Luna Tauro
no puede soportar esa pérdida permanente de energía.
Lo peor que le puede ocurrir a una Luna Tauro es la
perdida de energía, intenta evitar cualquier perdida, intenta preservar su
propia sustancia y no derrocharla, por lo que toma precauciones. Cuando da
amor, casi siempre piensa en lo que recibirá a cambio.
En el plano material Venus actúa como regente
tradicional, esto puede hacerla comodona, lenta y perezosa, no quiere moverse
ni trabajar en su desarrollo. Tal vez está convencida de que todo está bien
como está. Entonces piensa primero en sí mismo y en la satisfacción de los
propios sentimientos, sin preocuparse mucho de las necesidades de los demás. La
inercia de la materia puede durar mucho tiempo indicando una paralización,
cualquier idea de cambio o de desarrollo es enérgicamente rechazada y bloqueada
hasta que llega la necesaria crisis. De la dureza de la concha construida
dependerá la violencia del golpe de destino necesario para romperla, liberando
así al YO emocional prisionero.
Superación:
La Luna Tauro tiene la posibilidad de liberarse de su
“fijeza” de sus conceptos emocionales en el signo de Escorpio mediante la
transformación del regente exotérico al regente esotérico. Con la ayuda de
fuerza escorpiónica se somete a una transformación fundamental de
motivación, y atraviesa un proceso de muerte y renacimiento del que sale
depurada y purificada.
El principal criterio para la transformación es la
confrontación con el carácter efímero de la vida. Expresado en términos
psicológicos, debe superar su egoísmo y darse cuenta de las necesidades de los
demás, todos sus miedos se pérdida o de posesión se superan cuando tiene que
mirar de frente a la separación o la muerte y, entonces se da cuenta de que
todo lo terrenal es pasajero.
El regente esotérico lleva su influencia a su
expresión en el plano consciente mediante una total y absoluta motivación. Se
trata de Vulcano guardián del primer rayo “Voluntad y Poder”, que la Luna Tauro
percibe en el punto más alto de la crisis. Es una experiencia reveladora y
poderosa en la que, por un momento la Luna experimenta el motivo primordial de
su existencia. La sensación de unidad con el Plan le da el sentimiento de
seguridad y de estar a salvo, experimentando esa unidad con el Tu. Con ello
desaparece Maya, la ilusión, y sabe a dónde pertenece, cuál es su patria
original.
La Luna Tauro transformada siente amor por todo lo
creado y sirve de acuerdo a las leyes naturales del Plan Divino. Estas personas
son fuertes en el plano emocional, se puede confiar en ellas, y siempre que se
las necesita ayudan de forma espontánea y eficaz. El entendimiento práctico las
hace serviciales y útiles allí donde entran en juego. Una vez que han tenido la
visión de la meta en sus ojos, ya no se desvían de ella aunque tengan
dificultades.
Cuando una Luna Tauro ofrece su amor, su afecto, su
interés o su agradecimiento a alguien, nunca más lo suelta. De la misma forma
que una flecha luminosa, lleva su dedicación, su amor y su responsabilidad
adelante sin mirar ni a la derecha ni a la izquierda.
El pensamiento semilla esotérico corresponde
claramente a este comportamiento:
“Veo
y cuando el ojo está abierto todo se ilumina”
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