En muchos momentos de nuestra vida hemos pensado que podíamos
dedicarnos a realizar determinados trabajos. Nos hemos imaginado, incluso “visto”
realizándolos. Después, la vida nos lleva por otros derroteros y nosotros nos dejamos llevar pensando que todas esas
fugaces imágenes eran “sueños” o “deseos” y que la realidad es otra cosa.
Pero de alguna forma estos “sueños” pueden ser mensajes
que te envía tú propio subconsciente, sembrando en tu mente imágenes de lo que tenías
que hacer y de esta manera ocupar el sitio que te corresponde en este puzle de
la Vida. Aquí tenéis un ejemplo:
Hubo una vez un joven que nació en un hogar muy pobre.
Como no pudo asistir a la escuela, estudio por su cuenta, solo. Soñaba con ser
abogado, pero nadie lo contrataba. Sin desanimarse continúo estudiando. Cuando
hubo cumplido el servicio militar, decidió emplear sus estudios de derecho para
ingresar en la política y se presentó como candidato a senador, siendo
derrotado por una amplia mayoría.
Se retiró momentáneamente de su sueño, y dejo a un lado
la abogacía y la política para dedicarse al comercio. Su negocio fue a la
quiebra y él paso los diecisiete años siguientes pagando deudas y aceptando
cualquier trabajo que se presentara. Pero su sueño continuaba.
Se enamoró, contrajo matrimonio y lucho por mantener a su
familia. Paso el tiempo, una vez más ingresó en la política…como candidato al
congreso. Fue elegido por un margen muy estrecho, pero al presentarse a
reelección su derrota resulto humillante.
Más tarde trato de obtener un puesto en una dependencia
gubernamental, pero el gobierno se negó a contratarlo. Al parecer dondequiera
que iba se veía en ridículo por su origen humilde, su falta de educación y de
refinamiento social. El mantuvo la cabeza en alto, pasando por encima de su
orgullo herido, y decidió presentarse como candidato a senador de su país. Tanto amigos como enemigos, y hasta sus familiares, se rieron a sus
espaldas. Una vez más fue derrotado.
Con el correr del tiempo fue elegido candidato a
vicepresidente por un partido importante. En la votación definitiva fue
derrotado otra vez…. Por un político desconocido.
Al presentarse como candidato
a senador cautivo a mucha gente con su campaña, pero sólo consiguió otra
derrota.
Aun así, nunca dejo de perseguir sus “sueños”. No se
quedaba atrapado en sus fracasos; continuaba buscando conseguir realizar sus
ideales y compartir los principios en los que creía.
Por último, a la edad de cincuenta años, con el corazón dolorido
por las cicatrices de las reiteradas
derrotas….Abraham Lincoln llegó a presidente de los Estados Unidos.
Se pueden relatar muchas historias de personas que
siguiendo sus sueños al final los alcanzaron, por eso no debemos dejar nuestros
deseos a un lado. Escuchemos nuestra voz interior, pongamos en marcha nuestra
voluntad, nuestra fuerza interior y, si verdaderamente queremos conseguir algo,
no lo dudéis, vuestros sueños serán el terreno donde edificareis el éxito y la
felicidad.
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