En nuestra sociedad, hay un fenómeno conocido como “pérdida del
alma”, que puede surgir en todas las personas, todas las edades, géneros, razas
y orígenes.
Los pueblos indígenas han sabido lo que es la experiencia de la pérdida del alma durante milenios, y la
entienden como una fragmentación interna causada por el desconocimiento, una
experiencia traumática o un choque
intenso en la mente y el cuerpo.
Cuando experimentamos la pérdida
del alma, una parte de nuestra alma, o esencia viviente, “se esconde” o se
cierra, impidiéndonos expresar y experimentar nuestro verdadero potencial y
plenitud como seres humanos. A menudo, aspectos enteros de nuestra psique están
completamente reprimidos.
Como individuos, a menos que nos hayamos convertido en Almas Despiertas, perdemos nuestra
energía del alma cada vez que nos identificamos con nuestro ego, cada vez que
buscamos sentirnos completos a través de:
Adicciones, creencias dogmáticas, relaciones condicionales,
adicción al trabajo y búsqueda de estimulación.
Además de nuestra incapacidad para sentirnos completos, cuando
experimentamos la pérdida del alma comenzamos
a experimentar sentimientos de:
Debilidad, fatiga, depresión, ansiedad y vacío.
Simplemente sabemos que algo falta en nuestras vidas, pero muchos
de nosotros luchamos por descubrir qué es exactamente lo que falta.
Una vez que reconocemos nuestras almas o conciencia como una
energía, cualquier cosa que nos quite esta energía dará como resultado:
Languidez, mal humor y depresión.
Podemos crear un desequilibrio en la psique si permitimos que las
partes individualidades de nuestra personalidad (por ejemplo la sombra del yo,
anima, animus etc.) se independicen escapando así al control de la mente
consciente.
Carl Jung, propuso que nuestras personalidades psicológicas
estaban compuestas por diferentes “complejos” (o partes de nuestro sentido del
yo), y que el principal responsable del control de todos los demás es nuestro
ego, que es la imagen mental que tenemos de nosotros mismos, o lo que creemos
que somos.
Nuestra energía consciente puede debilitarse debido a que uno de
estos “complejos” escapa al control de nuestro ego y se vuelve autónomo, por lo
tanto, absorbe toda nuestra energía, y crea un desequilibrio psicológico que
rompe nuestra totalidad natural.
Pero, ¿qué hace que uno de nuestros “complejos” psicológicos se
emancipe y se convierta en un usurpador tiránico de la conciencia? La respuesta
es; que se identifica con algo dañino o
experimenta un trauma de algún tipo que crea este fenómeno.
Un ejemplo extremo podría ayudarnos a extender mejor la situación:
Imagina que un niño pequeño es abusado mental o sexualmente. Con
el fin de hacer frente a la experiencia tan horrenda, el niño escapa
desasociando o separándose de la situación.
En el proceso de protegerse de sí mismo, el niño crea varios alter ego,
o personalidades completamente diferentes dentro de sí mismas como un mecanismo
de defensa.
En psicología, esto se trata como “trastorno de personalidad
múltiple” (ahora conocido como trastorno de identidad disociativo). En esencia, la disociación psicológica es la
forma que tiene la naturaleza de proteger nuestro organismo físico contra los traumas
y las perdidas intensas al bloquear estas situaciones hirientes.
Hay una variedad de síntomas físicos, psicológicos y espirituales
relacionados con la pérdida del alma. Esta pérdida de energía no impide vivir
de forma saludable, plena y creativa. Para recuperar estas partes perdidas de
nosotros mismos y volver a equilibrarnos, estar completos y centrados, primero
debemos identificas los síntomas de la Pérdida del Alma dentro de nosotros.
Estos son algunos de los síntomas más comunes:
Recuerdos y partes de tu vida han sido bloqueadas.
Experimentas periodos de depresión.
Partes de ti se sienten pérdidas o rotas.
Experimentas un entumecimiento general de la vida.
Sensaciones de miedo o ansiedad te atormentan.
Pasas periodos de insomnio.
Te sientes perdido o incompleto.
Te sientes estancado o incapaz de superar ciertos problemas en tu
vida.
Sientes que hay múltiples “yoes” dentro de ti.
Estas experimentando una noche oscura del alma.
Anhelas integridad y el sentido de pertenencia.
Constantemente te sientes cansado mental o físicamente sin ningún
motivo médico.
Tienes sed de autenticidad y completa aceptación de ti mismo.
Para estar sano, sentirse completo y vivir una vida armoniosa,
debes recuperar las partes vitales y perdidas de ti mismo, aprendiendo a vivir
una vida de equilibrio, autenticidad y amor propio.
Encontrar los fragmentos
que se pierden y restaurarlos en tu vida es volver a tu totalidad innata, restaurar
la vitalidad esencial de tu Alma y ser feliz.
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