CONCIENCIA:
La conciencia es el conocimiento de lo que nos rodea, en
base a los órganos de los sentidos. En sentido moral, como “capacidad de
distinguir entre el bien y el mal”, sólo se usa la forma de conciencia.
CONSCIENCIA:
La consciencia es
el conocimiento de sí mismo. La conciencia define al ser. Se es consciente de
sí mismo y de lo que nos rodea en base a lo que uno ES. Otra definición es la
que asocia la consciencia a un estado de unión con la vida universal. Es una
expansión continua, igual que el universo.
¿Se puede ser
consciente, sin conciencia?
Parece que si apagamos la conciencia, no estamos en el
aquí y en el ahora, así que difícilmente llegaremos a elevar la consciencia. Es
lo que nos da a entender el cuento del maestro zen que recibía muchas visitas
de personas en busca de consejos:
Un día el maestro zen recibió a un joven que se tomaba muy
en serio su camino espiritual. Se sentía preparado para convertirse en la mano
derecha de cualquier gran maestro. Ese día había llovido cuando el joven llegó
a la casa del maestro, el joven se quitó los zapatos y dejó el paraguas antes
de entrar en la habitación. Se inclinó ante el maestro y le dijo que le
gustaría convertirse en su discípulo.
El maestro sonrió, pero no dijo ni una palabra. El joven,
un poco incomodado por el silencio, le dijo que había estudiado mucho, que
pensaba que estaba llamado a convertirse en uno de los “iluminados”.
El maestro le pregunto: ¿sabes a qué lado de la puerta has
dejado el paraguas y a qué lado de la puerta has dejado los zapatos?
N-n-n, tartamudeó el joven, desconcertado. ¿Por qué?
El maestro le respondió de forma muy calmada: “Porqué lo
que buscas es la consciencia” ¿Y cómo puedes estar consciente si ni siquiera a
sabes dónde has dejado los zapatos y el paraguas?
¿Cuál es la
diferencia entre una persona que no es consciente y otra que lo es?
Si no soy consciente considero que mis límites son
fronteras inexpugnables, acumulo límites…En cambio, un ser consciente conoce
sus límites y sin embargo aspira a la totalidad, quiere ir más allá de los
mismos.
Las enfermedades son cristalizaciones de niveles de
consciencia que no cambian, la curación comienza por la aceptación de la
enfermedad y su transformación en aliada. La enfermedad es esencialmente
separación, es decir, creencia de estar separado.
Para ganar consciencia podemos seguir el camino de la
información, considerando la información no como palabras sino como
experiencias… otro camino es el arte, que nos abre a otros mundos, a otras
miradas, nos muta la consciencia.
Diez reflexiones sabías sobre el tema de la
consciencia
1.-“Si queremos cambiar el mundo, primero debemos cambiar
nuestra manera de verlo”. En el pasado esta cambio de consciencia sólo sucedió
a un número muy reducido de personas, sin embargo en la actualidad el cambio de
consciencia se da a una escala mucho mayor. E. Tolle.
2.-“Darse cuenta de lo que hay que hacer, y no hacerlo, es cobardía” Confuncio.
3.-“La consciencia es la presencia de Dios en el hombre”
Swedenborg.
4.-“El valor sin consciencia es una fiera salvaje” Robert
G. Ingersoll
5.-“….esa chispita del fuego celeste, la consciencia”
George Washington.
6.-“Que peligrosa es la inconsciencia. Para liberarte de
los perjuicios solo tienes la consciencia. Es la consciencia la que te puede
liberar. Siempre serás esclavo de las cosas de las que no eres consciente”
Anthony de Mello.
7.-“La conciencia es la burbuja del hombre”. Vincet Van
Gogh.
8.-“La finalidad del arte es dar a la gente un mayor nivel
de conciencia” Brassai.
9.-“La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del
cuerpo”. Willian Shakespeare.
10.-“Conciencia es la voz silenciosa de tu ser interior
que no te deja ni de día ni de noche, ni en la vigilia ni en el sueño esperando
que lo escuches”. Vásquez D.R.D.
Un cuento sobre la consciencia:
En un chalet muy lujoso con una gran piscina se está
celebrando una fiesta. El dueño que es multimillonario, dice que compartirá su
fortuna con el valiente que se atreva a cruzar su piscina llena de cocodrilos
hambrientos.
De
repente se ve a un chico dentro del agua nadando a toda velocidad, cuando sale por
el otro extremo de la piscina el dueño acude a felicitarlo, diciendo que por
fin acababa de conocer a una persona realmente valiente.
El
joven le respondió: “¡Que valiente, ni que valiente….alguien me empujó”!
Dice
A. Jodorowsky, que la piscina con sus cocodrilos son nuestros “demonios
interiores”, contra los que tenemos que luchar para tratar de conocernos.
Que
ese pequeño empujón que te lanza al interior de la piscina te lo da “un maestro”.
Pero la energía para luchar y salir (aprender) la pones tú. Sin ella no serviría
de nada el pequeño empujón que nos han dado.
La
recompensa de atravesar la piscina es conocerse mejor, un aumento de nuestra “consciencia”
rompiendo algunos límites que establecíamos como fijos e inmovibles.
Compilado de un artículo
de A. Jodorowsky.
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